viernes, 10 de septiembre de 2010

Mano dura: la herramienta en tiempos de crisis

El tema de la mano dura la cual se ha hecho común en algunos países latinoamericanos en los últimos tiempos, no es algo de ahora es algo que se ha visto muchas veces en la historia.

La historia nos ha mostrado que cuando hay crisis y dificultades en un país, la herramienta que sale a reducir como la salvadora de los problemas es la “mano dura”. Cuando la gente hace el llamado de esta frase, hace un llamado al orden, al control, y al restablecimiento de las instituciones por medio de muchos casos del miedo.

El problema de la mano dura, es que puede llegar a ser nociva para el pueblo que la ha llamado, es como cuando se trata de eliminar una plaga con otra, la solución se convierte en otro problema. Tal vez el bueno manejo de una sociedad está basado en el equilibrio entre el control y las libertades, pero cualquiera de los dos extremos puede ser nociva.

No tenemos que irnos a más de 100 años para ver dos ejemplos claros en donde la mano dura había sido clamada, y después de instaurada fue amada, pero al cabo de un tiempo llevo a las dificultades a los pueblos que la habían convocado.

El primer ejemplo es Italia después de la primera guerra mundial, un pueblo que perdió la guerra, con pobreza, con corrupción, con delincuencia y humillado, en donde su única salvación era la mano dura que tenia nombre propio Benito Mussolini.

Más arriba pero en la misma Europa, esta nuestro otro ejemplo Alemania de la post-guerra, con una hiperinflación y con un tratado de Versalles que lo restringía, la única solución que vio su pueblo fue la mano dura encarnada en el ya reconocido Adolf Hitler.

La mano dura es la manera de expresar el extremo control, el cual se puede convertir en un autoritarismo. En una sociedad como en el individuo siempre debe existir el control como la libertad, y uno de las metas a lograr es buscar como estos dos componentes pueden convivir y como se pueden complementar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario