Según muchos historiadores de las peores guerras de la historia de la humanidad ha sido la segunda guerra mundial, nunca se ha visto una maquina de la muerte como fue la maquina nazi. En su punto de mayor poderío que fue entre el 1938 y el 1941, en donde casi toda Europa había sido dominada por los Alemanes, solo un pueblo le hacía frente, el pueblo Británico, y la responsabilidad del mundo recaía sobre ellos, porque en ese momento ellos peleaban solos pero peleaban por todo el mundo. En cabeza de su primer ministro Winston Churchill nunca se había visto tanto valor de un pueblo para enfrentar a uno de los regímenes más despiadados y totalitaristas como fue el nazi.
SI no hubiera sido por el heroísmo de ese pueblo, que con dificultades porque todavía no había terminado de sacudirse de la primera guerra mundial, la historia de todo el mundo hubiera sido otra. Porque aunque Rusia y Estados Unidos también entraron a la guerra, fueron los británicos los que la afrontaron de inicio a fin.
Todo el pueblo se unió por una causa, Churchill los incentivaba y les decía que están haciendo ustedes por ganar la guerra, todos tenían que trabajar por un mismo objetivo. Hay muchas historias que muestran como la población trabajaba para lograr esto, sembrar en sus jardines, apagar las luces de noche y una que siempre va a quedar en la historia, el rescate de Dunkerque, en donde en ese puerto del norte de Francia los reductos de los ejércitos de Europa que sumaban unos 300.000 hombres se encontraban acorralados por los alemanes, y estaban a punto de sufrir una muerte segura, pero Churchill dio la orden a su pueblo a todos los que tuvieran barcos grandes o pequeños que pasen en canal de la mancha y rescaten a estos hombres, y los civiles con sus embarcaciones fueron a Francia bajo el fuego Alemán y rescataron a estos soldados después de esto quedan las palabras memorables de Churchill “nunca tantos debieron tanto a tan pocos”, expresándole su orgullo al pueblo Británico.
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